jueves, 6 de enero de 2011

Reyes.

No he podido quejarme. En realidad, he sido un niño con una infancia muy feliz. Ciertamente, esos días llevaban consigo una Navidad distinta. Ahora, en la ciudad, y un poco más crecidito, el día de Reyes ha cambiado de color. Aunque no pueda quejarme de todo lo que me sigue aportando.
Para mí, el día de Reyes era el día de la ilusión. Y la seguí manteniendo durante años no queriendo ver lo que se impone. Y así, hasta mis trece o catorce, yo vivía con la ilusión de aquellos Magos que venían a casa la noche del cinco de enero a llenar el árbol de Navidad y el pequeño Belén que yo construía de regalos ilusionantes.
Si bien es cierto que cuando apareció aqueña niña pija -hija de los banqueros recién llegados al pueblo- y defendía a sus once años que los Reyes existían en medio de todas mis certezas ocultas sobre su inexistencia, yo sonreía interiormente por su ingenuidad intentando hacerle comprender que era imposible que las figuritas del Belén bebieran el agua del mismo y se acercaran noche tras noche al portal -en mi Belén, eso nunca ocurría-, también es cierto que yo quería mantener la ilusión del corazón intacta agarrándome a la niñez que se escapaba.
No es que los Reyes llegaran muy cargados a casa, pero recuerdo aquel año en que me trajeron la máquina de escribir. ¡Diossssssssss! Una preciosa máquina de escribir para mí sólo. ¡Con la ilusión que ello me hacía!. Y recuerdo otro año en que se presentaron con una cadena musical que yo tanto añoraba.
También recuerdo el año en que los Reyes vinieron con televisión nueva: una enorme y preciosa televisión que suplantaba al artefacto anticuado que teníamos en casa. Y aquel otro, cuando vinieron con uno de los mejores Monopatines que ha conocido el pueblo: Un precioso patín de madera barnizada que todavía conservo en casa y que fue la envidia de toda la pandilla. Nadie tenía un patín semejante: todos eran vulgares patines de plástico barato... pero el mío era reluciente y con unas ruedas impresionantes que todos querían probar a pesar de mis reticencias temerosas de que me lo estropearan. Nadie se ha lucido tanto en el pueblo como yo con ese monopatín. Aquel año, yo fui el "Monopatín Queen".
Claro que, poco a poco iba llegando la técnica. Y uno de aquellos años, los Reyes se presentaron en casa con unos "Walquie talquie" que ya los quisiera para sí el Ministro del Interior. ¡Qué artefactos!... Eso fue la maravilla del momento: nadie había visto una cosa así, y todos mis amigos se volvían locos con los Walquies cuando jugábamos a policías y podíamos comunicarnos de una punta del pueblo a la otra. ¡Dios!...¿quién había podido hablar hasta entonces desde el Cerro de "La Malena Pelá" hasta el Cerro de "las Cinco Cabezas"? ¡Nadie!. Yo fui el primero en entablar conversación con Pablito desde un sitio al otro a través de mis Walkies... toda una proeza reseñada en los libros de historia local. Y, por esos Walkies, la pandilla escondida en los trigales, era capaz de comunicarse con su comité de espionaje y dar una buena paliza al grupo enemigo. ¡Ay mis Walkies!.
Claro que... también hubo disgustos. Como cuando los Reyes se presentaron con un paracaidas, último modelo, que a modo de cometa se soltaba en días de vientos y unido con un hilo kilométrico llegaba hasta la torre del campanario.... ¡Ay dios! ¡qué disgusto más grande cuando se lió en los cables de Iberdrola que había colocados de palo en palo por todo el pueblo! ¡Ése sí que fué un disgusto tremendo! Porque mi paracaidas quedaba colgado "in saecula saeculorum" un día siete de enero de aquel cabre sin que nadie pudiera rescatarlo... y era muy duro pasar por allí todas las tardes y ver el espectáculo.
Y ese otro disgusto que me propinaron los Reyes cuando se presentaron con un submarino etiquetado con mi mismo nombre que surcaba los interiores de toda piscina y de la fuente de la localidad... ¡Muy mal se portaron los Reyes al no avisarme de que tenía que secarlo cada vez que lo usara! Y a los quince días, todos los hierros del submarino estaban oxidados y no hubo manera de volverlo a echar a navegar.
Pero nada comparable al disgusto mayor de mi vida: cuando los reyes me regalaron tres gatos. Y la pérfida, facinerosa, presuntuosa, cleptómana, malvada y demoníaca nieta madrileña de mi vecina penetró -no en mí sino en mi casa- y me los robara... ¡Creo que tuvieron que llamar a un cura para que parara de llorar!... Y hasta que no logré descifrar aquel entuerto y encontrar a tan maligna mujer -devolviendo mis gatos a su cesta-, no vino de nuevo la paz a mi hogar. Desde entonces, descubrí que las mujeres no eran para mí... que eran todas unas "robagatos" y que jamás en mi vida le tocaría las tetas a ninguna de ellas.
Y... así ha sido.

11 comentarios:

Thiago dijo...

Pero coño, qué carajo te han traído los reyes qué no paras? Viagra oral? jajaj Vaya parrafada y vaya tres post llenos de chulazos, eh... bien se ve que te han traído un ordenador a pedales o tu marido te está limpiando las cañerías informáticas, jajaaj

me gusta más ahora el blog. Eso si, creo que tienes que hacer un poco más ancha la columna de la derecha en DISEÑO AVANZADO o cambiar el tamaño de mis carnetes que se te salen un poco, ¡son demasiados grandes para ti, para que te entren! jajaja


bezos a tí y a burbu (que conste que le he felicitado ayer la Epifanía y ni flores. Tu marido mucho protesta de mí, pero el luego pasa de mi y de mi blog como de comer mierda, jaaj

Thiago dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Thiago dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Stultifer dijo...

Ellas se lo pierden.

Thiago dijo...

Esta chulo, el encabezado... Si acaso, igual te mando otro con las letras en un color que vaya más, no sé... No será muy amarillo?

bueno, me alegro que te gusten y que Burbu se haya enterado de como las hago, jaaj


bezos

epistolario segun san alvaro dijo...

Hola

Pues que geniales tus reyes cariño, que buen regalo son tus post para mí.

Edgard Verygay dijo...

O sea que en tu caso podías decir "no hay bien que por mal no venga".-

El comentario sobre cambios ya te lo hice en el post "baltasariano"

Un abrazo fraternal.

Me dijo...

JAJAJA OLA ANGELITO JAJAJAA YA DECIA YO KE EL EMCABEZADO ME SONABA
JAJAJAJA


AINS KE ME GUSTAN LOS REYES MAGOS KE AS PUESTO ABAJOS TODOS EN PELOTIÑAS JAJAJAJA KE SI EL BALTASA EL GASTA Y MELCHO PERO KE WUENORROS KE ESTAN

PERO MME KEDO CON BALTASAR 4EVER AJAJAJAJAJA


BESITOS ANGEL KE ME TIENES ABANDONA SIEMPRE JAJJAA COMEME LA CHURRA
JAJAJAJA

hm dijo...

Ains... yo hacía lo de ir acercando los reyes un poquito cada día en el Belén (vamos, lo hacían mis padres)... jooooo... que ilusión cuando el día seis estaban ya en el portal :D.

Christian Ingebrethsen dijo...

Los reyes magos siempre se han portado muy bien conmigo siempre, incluso el año que me echaron esos patines maléficos con los que me disloqué un codo y aunque la culpa fue mía, los condené al ostracismo y la ignominia del trastero durante casi un año. Ains...

Besos.

Anónimo dijo...

Pues tus reyes magos se fueron portando muy bien durante tantos y tantos años, a pesar de los llantos de algunos, asi que pocas quejas puedes tener.

Y este año que te han traido, eh eh eh eh????? cuentanoslo... anda anda....

Un beso cielo