martes, 28 de abril de 2009

THIAGO


Empezaron a levantar los suelos, a limpiar los muros, a derrumbar falsas bóvedas y detrás de una de ellas apareció el Niño de la Bola Plateada.
La restauración de la Iglesia Parroquial fue un empeño de todos los vecinos y fruto del mismo fue el hallazgo de esta bella imagen del Siglo XVII o inicios del XVIII que al parecer había sido escondida durante la Guerra Civil o quizás enterrada mucho antes según la costumbre de hacer desaparecer las imágenes que estaban un poco deterioradas y que ya se consideraban inservibles para el culto.
No faltaron expertos, estudiosos, entendidos que la situaron en las diversas escuelas escultóricas de distintos autores. Teorías todas ellas arbitrarias, toda vez que dado que en el referida Guerra fueron destruidos los archivos parroquiales, nunca podrá determinarse la autoría de este bonita escultura.
Fue entonces cuando el cura del pueblo determinó:
-Sin duda alguna es una representación de Thiago Surfeiro.
-¿San Thiago Surfeiro?- preguntaba Dña. Trini.
-Sí. ¿No ve usted?. Esa bola plateada y esos zapatitos lo indican a todas luces.
-¡Ay, Señor! ¡Un San Thiago Surfeiro en la Parroquia! ¡Alabado sea Dios! Y, ¿cómo vamos a colocar esta imagen desnudita en el altar mayor, padre?
-No hay problema, hija. Bien es sabido por todos que San Thagio Surferio tenía una pilila muy pequeña... y claro! Por eso es el patrón de los Castrati.
-¡Ay Señor! ¡qué escandalo! ¡qué tribulación, padre! ¿qué va a decir y pensar nuestro santo Patrón San Lorenzo cuando vea que le colocamos a su diestra a este San Thaigo Surfeiro con las bolas al aire?
-¡Hija! Hay que ser moderna. Así vendrá toda la Juventud.
Desde ese día, el Santo de la Bola y de las Bolitas preside el prebisterio de nuestra Iglesia barroca. Yo, cada vez que lo veo, me emociono porque a pesar de estar tan poco dotado -fiel reflejo de la realidad de este Santo-, la imagencita me resulta deliciosa. Con sus zapatitos plateados y su bolita en mano, nos mira angelicalmente. Por no hablar de su bien puesto trasero...
Definitivamente, es igualito, igualito a Thiago.

martes, 21 de abril de 2009

RETABLOS ESPAÑOLES


Siempre que tengo ocasión, cuando paso por Valencia, me encanta entrar en su Catedral y contemplar las Famosas Tablas de Yañez de la Almedina que adornan el Retablo Principal de la Basílica.
Pues bien, el pintor en cuestión nació en Almedina, provincia de Ciudad Real, en el último cuarto del siglo XV. Algunos le dan origen morisco.
Aún joven debió marchar a Italia, como indica el indudable italianismo de su estilo, que denota una marcada influencia del sfumato de Leonardo da Vinci, de quien fue discípulo. También acusa otras influencias florentinas, así como de los círculos venecianos de Giorgione. La relación entre Yáñez y Leonardo se atestigua en dos documentos de 1505 sobre la pintura de La batalla de Anghiari de Leonardo y sus discípulos en el Palazzo Vecchio de Florencia. En estos documentos se cita a un «Ferrando Spagnolo, pittore», que debe de ser Yáñez.
A su vuelta a España se estableció en Valencia, donde aparece documentado por vez primera en 1506, fecha en la que pintó el retablo de San Cosme y San Damián para la
catedral de Valencia, casi desaparecido en 1936. Allí encontró un mercado para su pintura y trabajó ininterrumpidamente hasta 1526 colaborando con el citado Hernando de los Llanos; ambos firmaban «Hernando» o «Fernando», hecho que generó la confusión de creer que eran un mismo pintor. Algunos expertos como Jonathan Brown consideran que Llanos aventaja a Yáñez.
Trabajaron en las puertas del Altar Mayor de la Catedral en 1507 -obra que yo contemplo, miro y remiro ensimismado frente al altar mayor mientras clero de toda condición mira atrevido y sospechoso ante mi inquisitiva observación- y en las doce tablas de una Vida de la Virgen para el retablo mayor de la catedral, conjunto importante porque representa el establecimiento del modelo leonardesco en tierras levantinas. Si bien estos dos pintores son acusadamente leonardescos y renacentistas, algunos críticos creen que la imitación de Leonardo por Llanos es más literal y que Yáñez posee un estilo con más recursos. Sin embargo, otros expertos como Brown creen que Yáñez dominaba peor la perspectiva y que repetía ciertos gestos como
clichés.
Yáñez hizo algún trabajo en Barcelona en 1515, pero casi toda su obra conservada corresponde al periodo de Valencia, donde pintó piezas como El abrazo ante la Puerta Dorada, La Adoración de los pastores y La Dormición de la Virgen, todas en las puertas del retablo mayor de la catedral. Llanos y Yáñez abandonaron Valencia antes de 1520, dirigiéndose uno a
Murcia y el otro a Cuenca -Aquí es donde nuevamente lo encuentro, aunque el clero de la ciudad ha establecido una entradita para pasar a la Catedral, entradita que hay que pagar religiosamente aunque es con dinero público de todo españolito con el que se restaura tan magnífico edificio-.
En 1531 se sabe que Yáñez estaba en Cuenca pintando varios retablos, noticia que es la última conservada sobre este pintor. Así pues, pueden establecerse tres periodos o fases en Yáñez: una italiana, a la que se le atribuye Los Santos Ermitaños de la
Pinacoteca de Brera (Milán), una valenciana, la más importante, y una conquense, valorada como de calidad decreciente.
La foto que ilustra el panel es la de uno de los retablos de la Catedral Conquense.
Y claro! Yo, que soy de mucho retablo y de mucho arte -porque arte tengo "un huevo"- pues me apasiono con estas cosas. Y uno no deja de buscar y rebuscar nuevos retablos.
El último que he encontrado me ha sorprendido enormemente. No me imagino yo un retablo así colocado en una de nuestras Iglesias ilustrando la Gran Creación Divina... O quizás... algún día podamos verlo!. Ahí os dejo las fotos:






No me digais que ambos no son retablos bellísimos. No sabría con cual quedarme.

sábado, 11 de abril de 2009

La Erótica Lonja Valenciana

Es uno de los edificios del Gótico Civil más bello de España. Y como es natural, cuando tengo ocasión siempre me escapo por sus interiores para contemplar sus bellas columnas retorcidas y sus filigranas pétreas donde encuentro una crítica social intensa y un compendio de personajes de lo más curioso. Ellos, desde el silencio del material en que fueron labrados, nos siguen hablando de épocas antiguas donde nada ni nadie era tan distinto a lo que encontramos en nuestro días.

Es curioso encontrarse a cagones intensos que encuentran la recompensa a sus duros esfuerzos por medio del sabroso picotazo de un ave exótica en su trasero. A saber lo que busca el Ave y a saber lo que encuentra el cagón. Mirad su cara: no tiene desperdicio. Su postura es tremenda y sus manos agarraderas son curiosísimas. Incluso el tallista le labró su sexo tan perfecto que aún hoy en día se puede distinguir buscándolo entre sus piernas:

El escudo de la ciudad se encuentra en cada una de sus esquinas. Bien coronado y bien rodeado por los títulos correspondientes. A fin de cuentas, el Reino de Valencia bien merece un escudo como éste:

Y, en cuanto al resto de canecillos, górgolas, cornisas, repisas que adornan el edificio es impresionante encontrarse con monstruos alados humanos tocando el tambor, frailes con cuerpo de rata y féminas-lagartas que nos miran profundamente. Es el múndo del gótico y de la sátira social:










Y junto a estos elementos arquitectónicos, hoy en Valencia, también se encuentran otros tipos de elementos.



Sirva la presente para mandar un saludo y ánimos a nuestro amigo Brilli-Brilli. Mira lo que te espera por tu tierra... ¡Alegra ese Ánimo, Brilli!.

jueves, 9 de abril de 2009

El Guapo

Esta noche desfila "El Guapo".
Lo cierto es que es Guapísimo... y a muchos, al verlo, más que devoción nos entra Pasión. Pero no la clase de "pasión" por la cual desfila la Imagen -que esa es una Pasión Santa o Santa Pasión"- sino ese tipo de Pasión Profana que me hace imaginar lo que tendrá este San Juan debajo de sus faldas.
Ya... Ya sé que es una irreverencia, pero cada vez que lo veo -tan guapo- me entran "Tentaciones". Ya en una ocasión le levanté las faldas para descubrir o ratificar que había sido tallado desnudo. El Pueblo no lo pudo soportar y rápidamente le mandaron confeccionar unas túnicas coloridas y aterciopeladas, bordadas con oros finos para tapar ese torso tan bello y esas piernas tan impresionantes. Los demás músculos no los describo... porque sería anatema dada las fechas en que nos encontramos.
El caso es que sale a las seis de la mañana. Se trata de la famosa Procesión de "Las Turbas" y San Juan "El Guapo" rondará de nuevo por las calles de mi ciudad levantándonos las Pasiones a muchos y las devociones a otros tantos.
Yo me quedo con su mirada, con su belleza, con su cuerpo escultural y con la profundidad de su semblante. Para mí es la armonía andante.
El que tenga ocasión... que lo vea.
Dixit.

Carlos y sus dibujos

Todavía recuerdo frecuentemente a mi Carlos. Hay muchos Carlos, y casi todos hemos tenido uno. Pero mi Carlos era adorable. Por medio de él descubría yo el mundo de la homosexualidad.
Recuerdo el día que lo ví. Fue uno de esos primeros días en el internado. Mi Carlos estaba a la entrada de clase con sus zapatillas blancas, su peinado ondulado y sus pantalones LEVIS 501.
Con Carlos descubría yo la esencia de unos Levis tales, porque hasta el momento yo me conformaba con una vaqueros normales.

Pero para Carlos, los Levis 501 eran indispensables. Y si estaban rotos, mejor que mejor. Así es que, ahí estaba él con sus modelitos y sus camisas estampadas luciendo sus Levis con ranuras por la rodillas. Era tremendo.

Con Carlos descubría yo un mundo más liberal y más abierto. Dentro de los muros de aquel edificio, Carlos suponía para mí un aire fresco y modernizado.

Defensor de las causas perdidas, de los gays si hacía falta y de la vida desenfrenada y liberada, charlar con Carlos era subir a otra escala de la realidad.
Le encantaba dibujar y ya en sus dibujos alcanzaba yo a encontrar gustos diferentes y extraños. Sus desnudos eran increibles.
Recuerdo aquel día en que, dedicado al estudio de un desnudo femenino y cuando no alcanzaba a encontrar los colores apropiados para aquellas bellas nalgas, pronunciaba en voz alta en medio de la clase:
-¡Necesito una mujer!
Todos reían, porque precisamente lo que Carlos necesitaba era otra cosa distinta.
Hoy cada vez que aparece un dibujo como los expuestos, me acuerdo de mi amigo Carlos. Lo último que supe de su persona es que, para escándolo mundial en aquel pequeño pueblo de donde procedía, puso en su vida un maromo semejante a aquellos de sus dibujos. Y tuvo el descaro de pasearlo por todas las calles para envidia de todas las rubicundas y lozanas mozas. Creo que las campanas redoblaban sólas ante semejante escándalo y las beatas salieron por las calles arrojando agua bendita para descontaminar el pueblo de tanta desvergüenza. El cura tuvo que organizar unas rogativas en desagravio a una conducta tan libertaria mientras que las solteronas procesionales observaban su hisopo recordando el paquetón del novio de Carlos.
La Cofradía principal tuvo que cantar unas novenas a la Patrona para reparar todo el daño que Carlos le había hecho por haber adornado la carroza procesional durante años con bellos manojos florales y Mi Carlos y su Maromo -¡qué maromo, dios Santo, qué maromo!- tuvieron que emigrar a Madrid para vivir en un definitivo cielo.


Amigo Carlos, allá por donde te encuentres.... ¡que lo disfrutes!