jueves, 27 de enero de 2011

El César de las Polillas.


Boquiaquierto me ha dejado el Sr. Durán i Lleida.
¡Oh! ¡Manifestación Suprema de la Claridad divina! ¡De la benignidad Nacional-Católica-Catalana! ¡De la Virgen de Montserrat en estado Pleno apoltronada con su niño catalán! ¡Oh, Padre de las Siete Potencias del Cristo de las Llagas! ¡Oh, Diputado -y más puto que un esputo- Sublime de las Nacionalidades históricas de este País! ¡Defensor de la Patria y Pontífice Máximo de Bendicto XVI! ¡Oh, rancio entre los rancios y meapilas entre los meapilas!... ¡Caridad suprema de los desamparados catalanes que son explotados por los nacinales españoles! ¡Oh, Segunda persona de la Trinidad donde Pujol es el Padre, vos el hijo y Más el Espíritu Santo redentor!
Luz del Mundo y Gloria de la Gloria Divina.

Lo dicho: boquiabierto me ha dejado este Señor cuando en la defensa de sus prerrogativas, ese Verbo manifestador de la Claridad Divina ha dicho -dixit-: "Quizás ustedes prefieran unos parlamentarios funcionarios y pobres"... ¡Oh!... ¡cuánta sabiduría innata!. ¡Qué palabras más reveladoras del espíritu de este Señor!
Y es que, ¡claro!, ya decía el Prólogo de San Juan que al principio era el Verbo y del Verbo surgieron todas las manifestaciones y realidades existentes.
Y del Verbo de este Sr. se desprende además de caspa, su verdadera naturaleza.
Dice el Sr. Durán -que nunca la tiene dura- que si indagamos en su patrimonio, lo único que encontraremos son 600 euros en una cuenta bancaria ya que, como buen pobretón y mugroso que es, explotado por toda la nacionalidad española, el pobrecito únicamente tiene TRES casas con sus respectivas TRES hipotecas. O sea... nada de nada.
Pobrecillo... podría ponerse con Esperanza Aguirre en la entrada del metro para recuperar ese triste bolsillo.
Pero es que, además, esta Potencia Magnánima digna de ser sostenida por ángeles, tronos, dominaciones y potestades, desprecia con sus palabras a los pobres funcionarios identificándolos "in se et per se" con gente maldita que no puede estar en un Digno Parlamento. Y yendo más allá y levantando el velo del templo, resulta que Durán -al cual nunca se le pone dura- identifica a los mugrosos funcionarios con gente "pobre y mugrosa" que afearía mucho las poltronas parlamentarias -fabricadas con el mejor de los cueros de ovejo-.
¡Oh! ¡Nuevo Tomás de Aquino Nacional! ¡Qué dignas palabras para ser recogidas en letras de oro en esa nueva Summa Theologica del Nacionalismo Catalán!
Y claro... Si ustedes no quieres ver -como es natural- un Parlamento lleno de funcionarios mugrosos mal vestidos y pobretones, con corbatas anticuadas y no bordadas con oro fino, lo que DEBEN de hacer es no cuestionar los beneficios de estos dignísimos parlamentarios nuestros de cada día, que nos ganan el pan y nos beben la sangre de forma tan eucarística.
¡Ahí queda esa dialéctica hegeliana! ¡ahora, te jodes y luego bailas!

martes, 25 de enero de 2011

¡Ay Manolita!



Mi tía Manolita emigró desde el pueblo a su Madrid añorado cuando, después de contraer matrimonio, su esposo encontró trabajo en la Villa y Corte. Y, fue entonces cuando subió de siete en siete los escalones de las clases sociales, situándose -según ella- en la cúspide de la pirámide normativa que diría un tal Kelsen y pasando así a convertirse en la Norma Suprema que es, según ese autor, la Constitución -Mater el Magistra de toda la Legislación del Mundo Mundial en una Nación o Estado-.
Fué entonces cuando de llamarse "La Tita", pasó a ostentar el título de "Doña"... Doña "Manolita", ¡claro! porque en Madrid la gente fina siempre lleva el diminutivo en su nombre -como ella fue advirtiendo en Tita Cervera, en Paquita Ridruejo e incluso en Marujita Díaz-.
Y así, pasó de ser miembro de la clase labradora y agricultura -de señorita de pueblo bien viviente y alimientada con creces, con derecho a vestido lujoso y reloj de marca- a toda una Señora de rompe y rasga con derecho a título entre sus amistades madrileñas.
Pues eso... Mi tía Tita, o sea, mi tía Dña Manolita, cuando volvía al pueblo lo hacía luciendo sus aires de grandeza y contando a sus hermanas lo bien que su cuerpo vivía en los Madriles refregando su nuevo Status social y poniendo ojos furiosos cuando alguien le llamaba " La Tita". Así, mi tía Tita pasaba a convertirse en una fiera cuando oía por el pueblo las típicas palabras:

-¡Fulana! Que ha venio la Tita.
-¡Pero hostia! ¡Y yo sin enterarme!... ¡ahora mismo voy a ver a la Tita!

Y ella se empeñaba en hacer ver a las paisanas que ya no era "Tita", que ahora era "Dña. Manolita; todo con vanos resultados, dicho sea de paso pues las paisanas no comprendían cómo si siempre fue Tita ahora era Dña. Manolita.

Yo... también sea dicho de paso, para "joder", siempre le digo "la ilustre Sra. Dña. Tita" cuando la veo o la saludo... a lo cual, ella siempre me replica con un saludo tratándome de "Sr. Obispo". No entiendo por qué... porque yo, de obispo, no tengo nada... jajajaj! Supongo que será por mi reclusión en un internado religioso hace años...

El caso es que mi tía Tita me ha invitado a la boda de uno de sus Ilustres hijos. Y he de reconocer que para lo que es mi tía Tita, sus hijos son una manada de "melones" más sosos que un pepino, pues tener unos primos que nunca te han alzado la susodicha parte es como no tener nada, y estos primos, a diferencia de mi primo Tony que me alzaba el calabacín cada vez que venía los veranos y se cambiaba de bañador en mi presencia, estos primos -digo- carecen de toda la gracia sexual y son incapaces de alterarme ninguna de mis hormonas, ya de por sí alteradas.

Y claro... ahora viene la alteración de nervios, porque para invitarme, mi tía Tita ha tenido a bien dirigirme las siguientes palabras:

-¡Oye, Sr. Obispo! ¿tú vienes a la boda sólo o acompañado? Porque, claro... te tendremos que mandar la invitación como dios manda...

-Pero Reverendísima tía Tita, vulgo apelatur Reina y señora de todos los Madriles -le dije yo-: yo toda la vida con pareja. (Y eso lo dije porque entiendo que mi Tía Tita, de muy mala hostia, me echa en cara mi soltería).

-¿Pareja? ¡Uy! Pues dinos cómo se llama la Novia... porque tendremos que invitarla.

-¡Ah no, Ilustrísima Tía Tita!... ¡Yo a la boda llevaré a mi pareja y punto! No hace falta más.

-¡Uy! De eso nada... porque las mesas han de estar completas y en el restaurante de lujo de Illescas hay que poner todos y cada uno de los nombres. Así que, Sr. Obispo... dime como se llama la afortunada.

-¡Pero tía Tita! ¿Y si es un maromo?

-¡Por dios! ¡Un maromo! De eso nada... A mí, maromos no... ¡qué va decir la gente, por dios!

-Tía tía: voy a ser el protagonista de tu boda, voy a llevar al Negro de tu vida. Ya lo verás... Tus hijos van a quedar por los suelos.... Ya te lo advierto.

Ahora estoy esperando la invitación...

Y... digo yo... ¿he de ir sólo o acompañado a la boda de mi Tía Tita?

lunes, 24 de enero de 2011

It´s a sin



Es un pecado.
Estupenda canción que hoy dejo identificándome con la letra. Porque cuando uno mira a esa vida pasada, se da cuenta de las cosas que muchas veces le fueron infundidas como pecados en su mente añinada y que hoy consideras naturales y superadas.
Una canción a la superación de la conciencia. A la superación de los temores y de las ideas traumáticas. De superación de lo prohibido y de afirmación de la evidencia interior.
Hoy, yo cantaría esta canción a muchísima gente acomplejada. A otros, se la tatarearía con cariño.
Siempre procuré tener una conciencia laxa -sobre todo con los pecados ajenos- ... y así me lo achacaron y reprocharon en ocasiones. La prefiero a lo estricto ya que el don de la comprensión es para mí la primera y la más grande de las virtudes. Porque, quizás, para mí muchas cosas han dejado de ser Pecado.

Cuando miro a mi vida pasada
es siempre como un sentimiento de vergüenza.
Yo he sido siempre el culpable
porque todo lo que deseaba hacer,
no importa cuándo o dónde o con quien
tenía una cosa en común, también:

Es, es, es, es... un pecado,
Es un pecado,
Todo lo que siempre he hecho
Todo lo que siempre hago
Cada lugar en que he estado,
a cada lugar que voy a ir,
es un pecado.

En la escuela me enseñaron cómo ser
tan puro de pensamiento, palabra y obra
que realmetne no tuvieron éxito
porque todo lo que deseo (deseaba) hacer
no importa cuándo, dónde o con quién
tiene (tenía) una cosa en común también

Es, es, es, es un pecado,
es un pecado,ç
Todo lo que siempre he hecho
Todo lo que siempre hago
Cada lugar en que he estado
A cada lugar que voy a ir
Es un pecado.


Padre, perdóname, he tratado de no hacerlo,
Pasé una nueva página, para luego arrancarla,
Todo lo que tú me enseñaste, no lo creí,
Padre, tú luchaste conmigo porque a mí no me importaba nada
Y todavía no lo entiendo.
Asío cuando miro a mi vida pasada
Por simpre con un sentimiento de vergüenza
Yo siempre he sido el culpable
Porque todo lo que deseaba hacer
No importa cuándo o dónde o con quien
Tiene (tenía) una cosa en común, también.

martes, 18 de enero de 2011

En busca del Oro.

Al subir las antiguas escaleras de piedra arenosa de lo que fuera la huerta del convento, se accede al Cementerio de la localidad y una de las primeras tumbas con la que te encuentras es con la de Luis y Nicolasa, matrimonio del Siglo XIX, que enterrados como amorosa pareja, descansan bajo una de las losas más antigua conservadas. Siempre que paso por allí, no puedo evitar derramar una sonrisa contemplando la inscripción en la que se hace referencia al nacimiento y defunción de tan amorosos amantes.
Y es que, hace unos meses, encontraban en mi ciudad -cuando estaban desenterrando la antigua alcazaba musulmana y sus murallas- los restos de una antigua casona de aquella misma época y escondida tras uno de sus derrumbados muros, una vasija que contenía cerca de 200 monedas de oro -las de la foto- cuyo valor tanto numismático como material es bastante considerable. Yo, harto de caminar por aquella calle donde se encontraron esas monedas, nunca pude sospechar semejante tesoro, pues de haberlo sabido... bien saben todos que desde lo que fuera mi casa hubiera excavado tremendo túnel hasta el enterrado hallazgo... jajaja!. Pero no... tuvieron que venir los arqueólogos -como no podía ser de otra forma- a encontrar esas maravillas.
Pues, volvamos al asunto: El hallazgo de estas monedas preciosas me trajo a la memoria la historia de Luis y Nicolasa. Y claro... cada vez que visito el cementerio, Luis y Nicolasa me llaman poderosamente la atención desde su centenaria tumba.
Luis, según consta, murió bastante joven dejando a su adinerada esposa Nicolasa, además de llena de miles de las antiguas pesetas y duros de oro, con cuatro pares de mulas y unas cuantiosas hectáreas de terrero con las cuales poder pagar los gastos de su palacete así como los salarios de sus criadas, pero condenando a Nicolasa al mantenimiento de sus tres hijos varones a los cuales habría de dar estudios o colocar convenientemente, todo en armonía con sus status social. De ahí que uno llegara a Notario, otro a Médico y el tercero Veterinario. No se podía pedir más.
Nicolasa había cumplido con creces el encargo impuesto por la tradición y vivía, muy plácidamente, viendo transcurrir los días pueblerinos entre sus riquezas varias.
Pero he aquí, que recién llegado al Pueblo un advenedizo veterinario en plena juventud, Nicolasa perdiera la cabeza por aquella carne joven y aquel jovenzuelo viera en Nicolasa la solución a su precaria situación. Fue entonces, cuando se dedicó a la conquista y Nicolasa cayó infinitamente enamorada de aquella belleza andante de enorme paquetón y formas florentinas.
A tanto llegó el asunto que Nicolasa -viuda desde hacía años- reunió a toda la familia para poner en conocimiento de sus tres hijos la intención de contraer matrimonio con aquella beldad y, con plena unanimidad, los tres fallaron impedir el matrimonio de su madre con aquel muerto de hambre que pretendía acaparar todos los bienes familiares.
La furia de Nicolasa fue infinita y cumpliendo sus amenazas, ocultó en aquella casa todo el oro de la familia sin que sus tres hijos supieran dónde lo había escondido.
A pesar de las infinitas súplicas, Nicolasa nunca confesó dónde estaban el oro y las joyas y se marchó, muchos años después, al otro mundo cuando la guadaña vino a hacerle la última visita. Había sido su venganza por no dejarle disfrutar de aquella pasión que desbordaba cada uno de sus íntimos deseos.
Así fue cómo, en aquellos años, los sucesivos herederos de aquella casa, la fueron desmontando para encontrar el oro que supuestamente estaba escondido entre sus muros: se mandó limpiar el pozo; se mandó derruir falsos muros y paredes, mirar dentro de las tinajas, falsos suelos, falsos techos, tejados y tejas, ladrillos, escaleras... El oro y las joyas, que se sepa, nunca aparecieron.
Y... nosotros tampoco lo encontramos. Porque, muchos años después, mis padres vivieron durante un tiempo en aquella casa y, a mi madre, nunca le he oido decir nada de ese oro.

Hace unos años, el nuevo propietario de aquella casa, la mandó derrumbar y mis familiares descendientes de aquella familia estuvieron pendientes de aquel derrumbe. Sólo alguno conocía la historia y sólo alguno miraba de reojo mientras la máquina tiraba los cascotes. Pero, ni con esas. La tremenda excavadora fue incapaz de encontrar algo parecido al Oro de Nicolasa, que -al parecer- sigue tan escondido como lo estuvo desde el primer día.

Supongo que un buen día, alguién -al igual que ha ocurrido con el primer oro- encontrará semejante metal... y la dicha, será infinita. Mientras tanto, Nicolasa reposa formalmente con su primer y único marido mientras que el pretendido segundo -que no lo fuera- ha pasado al anonimato en aquel cementerio e historia municipal.

lunes, 17 de enero de 2011

EL REY DE LOS ENCABEZADOS THIAGUISTAS







Y es que no cabe ni la menor de las dudas: Soy el Rey de los encabezados Thiaguistas. Y como tal, estoy dispuesto a ejercer mi cargo y moderar las sucesivas cabeceras que irán apareciendo en mi blog para hacer entender al personal que si no tienes una Cabecera Thiaguista en tu blog, tu blog no es nada en la blogosfera.
Hasta el mismo Google se está planteando unos nuevos diseños de Plantillas donde poder incorporar una serie de Cabeceras diseñadas por Thiago Surfeiro, para que todos podamos ir modernizando nuestros blogs con esas impresionantes estampas.
Y es que, tener una cabecera Thiaguista no es cualquier cosa. Y tenerlas en exclusiva, como las tengo yo... es la leche. Porque además de embellecer tu blog, son ocasión de disputas entre amigos e incluso entre parejas. Y es que la mía, ha llegado a insinuarme que quite la actual cabecera para que Thiago le diseñe con esa misma foto una cabecera para su propio blog. Y claro... yo me he negado como un "gato panzarriba" -que dirían en mi pueblo- porque tener una exclusiva cabecera de Thiago, es como tener un obra de arte en casa: hoy en día, una casa sin una obra de arte ni es casa ni es nada. Y un blog sin una de estas cabeceras, ni es blog ni es facebú ni es ná de ná. Y claro... ¡yo tengo las mejores cabeceras del mercado!... Y eso... ¡eso es mucho tener! Porque desde que las voy poniendo, mi número de visitas se ha incrementado en un 75%... Que como se entere Zapatero, va a contratar a Thiago para que le haga los diseños de los logotipos de los Ministerios... o las papeletas electorales de las próximas elecciones a ver si alguien le vota... jajaaj!
En fin! Nuntio vobis Gaudium Magnam: Sepan todos ustedes, Urbi et Orbe, que hoy lo que se lleva, es tener una Cabecera Thiaguista... Y que si no la tienes, no vas por buena pista.
Eso sí... a mi enano preferido Ruego, Encargo y Exhorto que por todos los Santos del Cielo, no caiga en la tentación del Burbu y que de ninguna de las maneras use esa foto que actuamente encabeza mi blog para diseñarle una cabecera... jajajaj!!! Aunque le oferte unos calzoncillos Calvines Kleines... jajajaj!


Fotos: Algunos de los exlusivos diseños de Thiago para el encabezado de mi blog.

jueves, 13 de enero de 2011

Tedetés endemoniados.


Estoy en la ruina.
Y la culpa de todo, la tienen mi madre y mi Burbu.
A ver! No es normal que las madres congenien tan bien con los yernos/as... pero la mía, de repente, se ha hecho amiguísima del Burbu. Y resulta, que entre los dos, me han hecho pelar mi cuenta bancaria -ya de por sí pelada- obligándome a adquirir un televisor igualito al que aquí aparece.
No hay derecho. Yo estaba tan contento con mi pequeño televisor, regalado por mi madre y que la misma ganó en un concurso televisivo, hasta que llegaron mi Burbu y mi madre a fastidiarme la vida.
El Burbu, me tachaba de miserable por tener esa risión de minitelevisor donde no podía ver a Belén Esteban y su brillo corporal cuando viene a casa.
Mi madre, ante la ostentación del Burbu -cuya mansión está dotada de todo tipo de chismes y comodidades varias-, empezó a echarme en cara que en mi antigua televisión no se veía la gente completa... ni se leían los carteles en condiciones e incluso que hasta Zapatero salía con mala cara. Y eso, según mi madre, era por culpa de mi antiguo televisor.
Y entre los dos, me han precipitado al abismo obligándome a comprar semejante esperpento que ocupa medio comedor y no pega, para nada, con mis antigüedades.
Y así... ha llegado la técnica a mi casa. Yo... que no soporto una película entera, me he visto obligado con cuchillo en mano, a comprar este esperpento para que Burbu vea "Sálvame" y "La Noria" y para que mi madre vea "Saber vivir" cuando viene a casa.
¡No hay derecho!... Sencillamente, no hay derecho.
Esto es lo más contrario a la política de ahorro a que nos llama este Gobierno. Definitivamente, estoy cooperando con la subida del IPC y manifestando síntomas de una ostentación impresentable.
Si se enteran los cacos de todo ésto... el Burbu tendrá la culpa de los robos que haya en mi "maison".
¡Te lo advierto, Burbu!... Si me roban... ¡te pelo!

miércoles, 12 de enero de 2011

Samaritanas



-¿Cómo tú siendo judío me pides de beber a mí que soy Samaritana? (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos). Jesús le respondió:

-Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice "dame de beber", tú le habrías pedido a él y él te habría dado el agua viva.

Siempre que veo a una Samaritana del Amor, me viene a la memoria estas palabras evangélicas. No puedo evitarlo entre una melancolía y un desagrado ante lo injusta que me resulta la vida al ver a estas personas venderse -y sin entrar en motivaciones- para salir adelante en la vida.
Las suelo ver de vez en cuando, cuando montado en el coche con mi pareja, suelo pasar por una conocida autovía mediterránea. Y siempre le digo lo mismo: ¡Pobres chicas! ¡qué penoso me resulta todo!. A lo cual, me responde que yo no conozco las motivaciones de esas personas para hacer lo que hacen y que quizás haya algunas que lo hagan como vía fácil para prosperar y salir adelante en medio de sus vicios.
Puede ser, es discutible. Pero ver una de esas escenas es como recibir un mazazo al acomodo en el que nos encontramos el resto de los mortales. Y resignarme a verlas cada vez que paso, es resignarme a una vida despreocupada y poco solidaria.
Es increible lo poco que ha cambiado la vida desde sus inicios. Lo poco que se ha avanzado para eliminar injusticias sociales. Y lo insolidario que sigue siendo el género humano que es capaz de pagar para dar infelicidad y amargura a las personas.

Un borra y un ChupaChús.



"Do you speak English?
¿Cómo dice usted?

Do you speak English?
¡No lo entiendo!

Le pregunto a usted si habla inglés.
¡Ah sí, perfectamente!

¿Qué le dijo el café al azúcar?
Sin tí mi vida sería amarga".

Esa es la nota que he encontrado en el misterioso regalo que había en el cajón de mi mesa cuando he venido a trabajar tras las vacaciones de navidad.
En un paquetito perfectamente y elegantemente diseñado se escondía un pequeño regalito que ansiosamente he abierto perdido en mi curiosidad y extrañeza.
Y dentro del paquete, un chupachús y un goma de borrar con la nota transcrita...
No entiendo nada.
Según Thiago es de un admirador/amante. Según mi compañero, de un presunto asesino. Otros, dicen que es de una furia enamorada. Y no falta quien dice que es del Rumano del tren que ha pasado por aquí para dejarme sus saludos.
Y... yo me pregunto: ¿qué tiene que ver un chupa-chús con un goma de borrar?... No entiendo nada.
Y lo bueno es que nadie dice saber nada del asunto... Y yo, que soy experto en reconocer las letras una vez que he visto a alguien trazar una línea, no he reconocido al autor/a. Lo cual quiere decir que, o bien estoy perdiendo facultades, o bien no he visto esa letra nunca.
¿Qué querrá decir este entuerto? jajajaj! ¿qué mensaje se oculta tras esas palabras?
¿Será una pista encriptada?
¿Será la estela de un amor oculto?
Definitivamente, a Thiago le mandan agendas, pero a mí me dejan regalos extrañísimos...
Joer! ¿No me podían haber dejado un portátil "appel" o una televisión de 32 pulgadas? jajaj!
En fin, al Burbu, al Thiago, al Isra o al Pimfito que haya sido... ¡Ya te podías haber lucido un poco más con el regalo, joer!

martes, 11 de enero de 2011

Pues eso

Laura también se ha enterado.

Pero te lo advierto: No estoy por la labor de compartir a Jesús con ninguna fémina.

sábado, 8 de enero de 2011

Hipocresía Administrativa Homófoba.




La hipocresía administrava no tiene límites. Todavía no entiendo cómo en este País no hemos llegado a la insumisión plena. Porque, lo de la Ley del tabaco -y yo no fumo... aunque me gusten otros pirulos... jajaj!- no tiene nombre. Se prohibe a unos ciudadanos el consumo del tabaco cuando es la propia administración la que te lo mete por los ojos para que lo compres pagando unos suculentos impuestazos confiscatorios.
Pero es que, eso no es todo.
Resulta que al empezar el año, lo primero que me encuentro es la procesión del patrón local danzando por las calles, tocando tambores y tirando tracas.
Cada uno de los domingos, a tempranas horas, oigo las "dulces" campanas de las siete parroquias que hay en las proximidades, alterándome el sueño profundo dominical y despertando mis pasiones empalmatorias... ¿por qué será que siempre me levanto empalmado?... ¿será el sonido de las campanas?.
Los fines de semana que decido ir a la casa familiar -en un recóndito pueblo ni manchego, ni serrano ni alcarreño sino mezcla de todo ello-, a pesar de los muros kilométricos de la mansión, oigo llegar el sonido que a través de la ventana de la pequeña bodeja se introduce cueva adentro llegando a la puerta del portal y atravesando las dos hojas de madera de pino de mi dormitorio, el sonido -digo- de un horroroso disco que por los altavoces de la torre parroquial dice: "Demos gracias al Señor, demos gracias: demos Gracias al Señor. Por la mañana, que se levanta, el día canta a su Señor... .... Demos gracias al Señor, demos gracias..."; eso, cuando no suena la consabida: "La misa es una fiesta muy alegre, la misa es una fiesta con Jesús, la misa es una fiesta que nos une, la misa es una fiesta con Jesús"... o mucho peor, aquella que habla: "Hacia ti, Morada Santa; hacia tí, tierra de salvación, Peregrinos, Caminantes... vamos hacia tí"... Penoso: y más que me empalma el pene.
Dos meses antes, ya se va oyendo en toda la ciudad el retumbar de los tambores que, dos horas por tarde, ensayan las procesiones de Semana Santa.
Una Semana Santa horrorosíma en la que se congestionan las calles de media ciudad con desfiles de imágenes -muchas de ellas de ninguna calidad artística y horrorosas por esencia- y desfiles de trompeteros, tamboreros, bandas municipales y manada de tontos vestidos con túnicas de colores... Incomprensible.
Un poco más adelante... está el Corpus Christi... donde las beatas desfilan -atascando el centro- a bombo de puntillas cantando el "Pange Lingua gloriosi, corporis misterium"... Que me parece muy bien... pero... tiene cojones: cortando toda la ciudad.
Ya en verano, vienen las ferias municipales. Una semana entera con ruidos, conciertos de Manolo Escobar, tracas, petardos, ferias, coches eléctricos, tombolas y norias ruidosas... y que finaliza a modo de traca nocturna cuando uno ya está hasta los huevos de soportar ruidos y malos olores.
En septiembre... la fiesta de vaquillas. Donde el casco antiguo se llena de guarros venidos y llegados de toda España a mear por las calles y beber botellones de cerveza. Corte de Plaza Mayor -para aquellos que hacemos uso frecuente del lugar-, calles llenas de mierda. Comilonas, verbenas populares, ruidos y espectáculos varios.
Y.... para rematar, Navidad: Villancicos y nuevo corte ruidoso de cabalgata de Reyes donde, si te descuidan, te pegan un caramelazo y te dejan tonto.
Ah!... Y me he comido el espectáculo del Carnaval... que esa es otra.
En fin! Y ahora llega el Gilipollas del Ayuntamiento de Madrid y dice que el Orgullo Gay es "medio-ambientalmente" inasumible -que digo yo: ¿qué cojones querrá decir con eso el Faraón?- y que hay que incoar un expediente disciplinario sancionador contra los organizadores.
Yo me pregunto y me cuestiono: Gallardón... ¿por qué no me chupas el pepino?

viernes, 7 de enero de 2011

Andrés, Homógrafo: el observador.


Andrés, vulgo apelatur "El Homógrafo" ha tenido a bien donarme una de sus visiones estampadas a modo de Tarjeta de Presentación.
Y dado que ha estado muy, muy acertado, no puedo dejar de colocarla al inicio de este año.
Andrés me ve como un personaje influyente en la Iglesia de nuestros días.... jajaj! Y me ve capaz de invocar hasta al mismo Rouco para salir victorioso de la batalla dialéctica contra gallegos surferos... jajaaj!...
Bueno... yo con los surferos guardo mis mejores artes; aunque he de reconocer que no he conocido surfero que la luzca grande... jajaj!... Pero, Andrés... no creo que la Iglesia tenga esa visión tan idílica de mi persona, a pesar de haber sido amado, buscado y deseado en algún momento por sus centros operativos diversos: desde el Centro a los extremos.
Y ahí, sí que hubo un momento en que dije: No.
En cuando a la "Card batalladora" que me envías, voy a acreditarla ante mi Dialéctico Erótico para hacerle ver que eso que se intuye en ella supera con creces a lo que él piensa como realmente existente... jajajaj!
Besos, guapo!

jueves, 6 de enero de 2011

Reyes.

No he podido quejarme. En realidad, he sido un niño con una infancia muy feliz. Ciertamente, esos días llevaban consigo una Navidad distinta. Ahora, en la ciudad, y un poco más crecidito, el día de Reyes ha cambiado de color. Aunque no pueda quejarme de todo lo que me sigue aportando.
Para mí, el día de Reyes era el día de la ilusión. Y la seguí manteniendo durante años no queriendo ver lo que se impone. Y así, hasta mis trece o catorce, yo vivía con la ilusión de aquellos Magos que venían a casa la noche del cinco de enero a llenar el árbol de Navidad y el pequeño Belén que yo construía de regalos ilusionantes.
Si bien es cierto que cuando apareció aqueña niña pija -hija de los banqueros recién llegados al pueblo- y defendía a sus once años que los Reyes existían en medio de todas mis certezas ocultas sobre su inexistencia, yo sonreía interiormente por su ingenuidad intentando hacerle comprender que era imposible que las figuritas del Belén bebieran el agua del mismo y se acercaran noche tras noche al portal -en mi Belén, eso nunca ocurría-, también es cierto que yo quería mantener la ilusión del corazón intacta agarrándome a la niñez que se escapaba.
No es que los Reyes llegaran muy cargados a casa, pero recuerdo aquel año en que me trajeron la máquina de escribir. ¡Diossssssssss! Una preciosa máquina de escribir para mí sólo. ¡Con la ilusión que ello me hacía!. Y recuerdo otro año en que se presentaron con una cadena musical que yo tanto añoraba.
También recuerdo el año en que los Reyes vinieron con televisión nueva: una enorme y preciosa televisión que suplantaba al artefacto anticuado que teníamos en casa. Y aquel otro, cuando vinieron con uno de los mejores Monopatines que ha conocido el pueblo: Un precioso patín de madera barnizada que todavía conservo en casa y que fue la envidia de toda la pandilla. Nadie tenía un patín semejante: todos eran vulgares patines de plástico barato... pero el mío era reluciente y con unas ruedas impresionantes que todos querían probar a pesar de mis reticencias temerosas de que me lo estropearan. Nadie se ha lucido tanto en el pueblo como yo con ese monopatín. Aquel año, yo fui el "Monopatín Queen".
Claro que, poco a poco iba llegando la técnica. Y uno de aquellos años, los Reyes se presentaron en casa con unos "Walquie talquie" que ya los quisiera para sí el Ministro del Interior. ¡Qué artefactos!... Eso fue la maravilla del momento: nadie había visto una cosa así, y todos mis amigos se volvían locos con los Walquies cuando jugábamos a policías y podíamos comunicarnos de una punta del pueblo a la otra. ¡Dios!...¿quién había podido hablar hasta entonces desde el Cerro de "La Malena Pelá" hasta el Cerro de "las Cinco Cabezas"? ¡Nadie!. Yo fui el primero en entablar conversación con Pablito desde un sitio al otro a través de mis Walkies... toda una proeza reseñada en los libros de historia local. Y, por esos Walkies, la pandilla escondida en los trigales, era capaz de comunicarse con su comité de espionaje y dar una buena paliza al grupo enemigo. ¡Ay mis Walkies!.
Claro que... también hubo disgustos. Como cuando los Reyes se presentaron con un paracaidas, último modelo, que a modo de cometa se soltaba en días de vientos y unido con un hilo kilométrico llegaba hasta la torre del campanario.... ¡Ay dios! ¡qué disgusto más grande cuando se lió en los cables de Iberdrola que había colocados de palo en palo por todo el pueblo! ¡Ése sí que fué un disgusto tremendo! Porque mi paracaidas quedaba colgado "in saecula saeculorum" un día siete de enero de aquel cabre sin que nadie pudiera rescatarlo... y era muy duro pasar por allí todas las tardes y ver el espectáculo.
Y ese otro disgusto que me propinaron los Reyes cuando se presentaron con un submarino etiquetado con mi mismo nombre que surcaba los interiores de toda piscina y de la fuente de la localidad... ¡Muy mal se portaron los Reyes al no avisarme de que tenía que secarlo cada vez que lo usara! Y a los quince días, todos los hierros del submarino estaban oxidados y no hubo manera de volverlo a echar a navegar.
Pero nada comparable al disgusto mayor de mi vida: cuando los reyes me regalaron tres gatos. Y la pérfida, facinerosa, presuntuosa, cleptómana, malvada y demoníaca nieta madrileña de mi vecina penetró -no en mí sino en mi casa- y me los robara... ¡Creo que tuvieron que llamar a un cura para que parara de llorar!... Y hasta que no logré descifrar aquel entuerto y encontrar a tan maligna mujer -devolviendo mis gatos a su cesta-, no vino de nuevo la paz a mi hogar. Desde entonces, descubrí que las mujeres no eran para mí... que eran todas unas "robagatos" y que jamás en mi vida le tocaría las tetas a ninguna de ellas.
Y... así ha sido.

Mirra




Oscuras y sugerentes Mirras.

Incienso




Incensarios de hombre.

Oro







El Oro, asociado con Melchor.