jueves, 27 de octubre de 2011

RATAS

Hay un texto bíblico -que quizás Andrés el Homógrafo sepa concretar, dada mi espesura en este momento- que siempre me ha llamado poderosamente la atención generando en mí un desasosiego molesto. Es aquel en que el "dios de los judios", "dios de nuestros padres" dice que hemos de ser frios o calientes, pero nunca tibios. Los tibios serán escupidos de la mano de dios. El texto, estremecedor cada vez que lo escucho, no deja de ser revelador de la tibieza que ha reinado a lo largo de los siglos en infinidad de circunstancias históricas.
En estos días, yo estoy perplejo con la reacción político/social que ha supuesto el último comunicado de ETA anunciando un supuesto fin de "la actividad armada" -no sé a qué actividad armada se refieren, porque que yo sepa, ETA es una banda de asesinos y terroristas amamantados en una falta de principios morales y en un déficit cultural inmenso (en mi tierra dicen que no hay tonto bueno)-.
Además de desconfíar plenamente en dicho comunicado, me parece alucinante la reacción de "nuestros políticos": unos lloran, otros hablan ya de beneficios penitenciarios, otros de adelantos electorales, otros de excarcelaciones, otros de acercamientos y no faltan idiotas que incluso dan trabajo a Etarras arrepentidos, como si dar trabajo a alguien no dependiera de sus cualidades y su currículum y sí de su grado de arrepentimiento asesino.
El caso es que este anuncio me ha generado una superlativa naúsea, superior infitamente a la que llevo sufriendo durante años cuando enciendo la televisión y la primera noticia es sobre el País Vasco -o Provincias Vascongadas, como el pueblo sencillo siempre ha llamado a ese territorio en parte de España, al igual que existen otras provincias como las de Albacete, Cuenca, Valencia, Granada, Soria o Jaén-.
Realmente, estoy asqueado del protagonismo que esa región de España -junto con alguna más, tan periférica como periféricamente idiotas son sus políticos nacionalistas- ha venido adquiriendo durante cuarenta años. Asqueado de sus Lehendakaris, de sus Guernicas, de sus Juntas, de sus Cupos, de sus Lakales Borrocas y de las madres que los parió. Tal protagonismo ha venido ensombreciendo los problemas de otras regiones de España, que sumidas en la oscuridad del anonimato, viven y perviven apenas sin infraestructuras, medios o recursos. Por ejemplo: muchas zonas de Castilla La Mancha, Aragón, Extremadura o Andalucía. Y uno, que ha vivido en esas regiones olvidadas, estaba hasta los mismísimos cojones al ver a los Lehendakaris siempre lamentando, llorando y gruñendo por su necesidad -ficticia- de autodeterminación, por su necesidad nacional, por su necesidad financiera. Mientras tanto, en otras regiones de España, no había ni agua corriente con la que limpiarse el culo. Pero, el Cupo era el Cupo y los putos derechos históricos de estas regiones eran más sagrados que todos los Copones del resto de las regiones de España. Y hasta para eso, tenían su Iglesia Oficial (veánse los Obispos Vascos o los Curas nacionalista Catalanes, más mariconazos -peyorativamente hablando, claro- que curas).
El caso, es que si uno ya estaba hasta los huevos de tanto País Vasco, ahora el asunto se ha vuelto insoportable. Porque, además parece que tenemos que besarle los juanetes a una banda terrorista por dejar de matar, supuestamente.
¡Qué asco tan profundo!. Y, ¡qué falsedad!.
¡Qué falsedad en primer lugar la de nuestros políticos desvergonzados!. Esos políticos que se bajan los pantalones cuando cuatro cabrones dan un comunicado dejándonos vivir. Y es que, un voto es un voto.
¡Qué falsedad y qué tibieza la de los políticos Vascos nacionalistas y no nacionalistas! Esos mismos políticos que han generado el caldo de cultivo apropiado para el asesinato. Esos políticos de la autodeterminación y sus derechos, que minimizan las acciones de los gansters y que luego se escandalizan cuando se produce el asesinato; asesinato del de enfrente, claro. Esos políticos a lo Arzallus, que recogía las manzanas mientras otros movían el árbol. ¡Qué producto tan suculento ha producido ese ambiente independentista generado por ellos para sacudir la peseta del resto de España, aunque fuera matando!.
¡Qué tibieza la del pueblo vasco! Porque, sí... vascos sí, ETA no. Pero... ¡qué tibieza tan grande! ¿O es que acaso el nazismo hubiera sido posible sin esa tibieza y complicidad del pueblo alemán?... ¡qué tibieza tan grande la de mirar para otro lado cuando matan al vecino! ¡Algo habrá hecho! -se decía. ¡Qué fariseismo el de una sociedad que durante muchos años no dió la cara por el indefenso, por el desprotegido, por el asesinado!
Y... ¡Qué desvergüenza la de una Iglesia Vasca de curas con chapelas que ha amparado al asesino desvirtuando las Bieneventuranzas y negándose durante tantos años a hacer públicos hasta los entierros de las asesinadas víctimas!... ¡asco es lo que me producen estos asquerosamente Sa-CERDO-tes!, porque éstos serán los primeros que habrán de ser escupidos de las manos de dios por su tibieza maligna acogedora del asesino de forma tan cómplice. Cooperadores necesarios, peores que los mismos autores.
Sólo me queda por desear, que el asco que siento al respecto se vea atemperado por una solución definitiva, con justicia y dignidad hacia las víctimas. Una justicia ciega que dé cuando tenga que dar y que ponga cuando tenga que poner y que haga verdaderamente justicia a los cientos de asesinados.
Dignidad y Justicia. Dignidad para el Estado y Justicia para las víctimas.
Y todo el peso de la Ley para esas asquerosas ratas descerebradas que no han sabido valorar la belleza de la vida humana y han derramado la más sagrado: la sangre de los inocentes.

martes, 25 de octubre de 2011

Pan del Cielo

¿Quién, en alguna ocasión, no ha ido a la celebración de una Primera Comunión?
Generalmente, a mí estas celebraciones me han parecido una poco "coñazo" toda la vida, no por la celebración en sí, sino por todo lo que ello conlleva: comilonas, encuentros soporíferos familiares, cariñitos a unos niños engreidos e insoportables que endiosados se creen el centro de este mundo... y, al fin, el atraco a mano armada que suponen los regalos de comunión. Porque, ir a una comunión es como pagar la letra de la hipoteca. Al menos, yo, en las últimas comuniones a las que he asistido, me he visto asaltado en toda regla... además de tener que soportar unas formalidades insufribles para cualquier mortal. Eso sí... me he negado a ponerme traje y corbata... porque después de ver a mis primos vestidos de semejante atuendo, he pensado morir por la falta de estética que ante mis ojos se ha exhibido. Además, yo sólamente me pongo traje y corbata cuando Isra me invita a una de sus fiestas, cuando Pimfito me invita a sus celebraciones, Andrés me invita a Pachá o Zowi a tomar una copa en Chueca... jajaj!... Y me niego a calzarme bien calzado -engalanando mi cuerpo- para una celebración tan vulgar.
Así es que, mi última comunión ha supuesto para mí una discusión con mi madre, que además de obligarme a afeitarme para el acontecimiento -yo me afeito únicamente dos veces en semana y en los días predeterminados en el calendario, toda vez que no soy tan peludo como para afeitarme diariamente-, pretendía que me pusiera el mejor de mis trajes para celebrar semejante fiesta-chusma-familiar. Eso sí... en uno de los mejores restaurantes de la A-III.
De eso nada. Para ese acontecimiento, yo me he puesto uno de mis mejores ejemplares vaqueros -de aquellos que no me aprietan en los huevos, porque ¡hay que tener los huevos enormes para enfrentar una celebración de este tipo!- y una de mis camisas floreadas, que me entantan por sus colores.
Y... he aquí que al llegar al famoso restaurante -uno de esos pretenciosos que ahora se han puesto de moda por la zona- me he encontrado a mi familia vestidos como loros y... ¡a mis primos!... a mis primos vetidos como marujos... ¡ay virgen santa! ¡virgen pura! ¡qué compendio de cosas extraordinarias!... ¡virgen santísima del Rosario!. Así es que, yo he bajado de mi cochazo, vaquero en piernas y camisa semiabierta, mientras todos los pájaros floridos me observaban con placer... ¡cósas de Ángel!, pensaban las aves.


Después de saludos varios he repartido los besos oportunos. Y es que yo soy muy besucón y beso a mis primas, a mis primos, a las novias de mis primos y sobre todo a los NOVIOS de mis primas (¡como están los novios! ¡pedazo cabronas!... ¡Eso son novios!) en un ritual al cual ya les tengo acostumbrados pues después de besar la primera vez a mis Primos Políticos (dícese a los NOVIOS de mis primas) éstos ya lo asumen con tanta naturalidad que ya me dan unos abrazos y unos achuchones infinitos... y ¡es que hay que ver lo pronto que se acostumbra un hombre a los besos y a los arrumacos! ¿seremos todos en el fondo gays deseosos de amores masculinos?.
El caso es que, como no podía ser de otra forma, me han sentado con mi familia más juvenil... y claro! yo no he podido evitar (¡cabrón!) hacer las oportunas observaciones sobre la "elegancia" de mis primos, que lucían trajes de Empori Armani y marcas semejantes... Así es que, cuando alguien me ha hecho alguna apreciación "inocente" sobre lo bonita y original que resultaba mi camisa, les he dicho:

-¡Sí! ¿verdad? Pues es del Fáctory de Getafe y me costó 20 euros... ¿a que es muy original para un acontecimiento como el que nos ocupa?"...

Y claro! los muy cabrones, enfundados en trajes carísimos, me han mirado con "mucho amor" por el rintintín con el cual yo confesaba los hechos y les echaba en cara lo absurdo de presentarse con esos atuendos a un acontecimiento tan sin fuste como una comunión.

Y ahora viene lo mejor. Para que Zowi no me eche en cara que en mis paneles no se aprende nada y la cosa le resulte interesante, aquí le dejo estas instrucciones para la siguiente ocasión en que vaya a tomar la comunión... jajaj! ¡Zowi! ¡no me seas tan pollón!:

¿CUÁNTAS VECES SE PUEDE COMULGAR EN EL MISMO DÍA?

La norma de la Iglesia es la siguiente: "Quien haya recibido la Sagrada Comunión puede recibirla de nuevo el mismo día solamente dentro de la Celebración Eucarística en la que participe" (Canon 917).

Quien comulga por la mañana en una Misa y más tarde asiste a otra (boda, funeral... o simplemente por devoción) puede volver a comulgar una segunda vez. Lo que no es correcto es asistir por devoción a varias Misas y comulgar en todas ellas. Se trata de comulgar con fe una sola vez que comulgar varias por rutina.

CÓMO RECIBIR LA COMUNIÓN

COMULGAR EN LA BOCA

Recibir la Comunión en la boca es una costumbre introducida en la Iglesia hacia el siglo X. Hasta entonces la costumbre era recibir la Comunión en la mano. Se pensó que recibirla en la boca ponía más de relieve el respeto al Cuerpo de Cristo. La costumbre se hizo ley, y esa ley llegó hasta nuestros días.

Comulgar en la boca sigue siendo un modo digno de comulgar, pero ni es el único, ni es obligatorio. Se puede comulgar en la mano.

Cada uno puede elegir la forma de comulgar que mejor le parezca.


COMULGAR EN LA MANO

Según la Instrucción "Memoriale Dominum" promulgada por la Congregación para el Culto Divino (del 29 de Mayo de 1969) se concedía a las Conferencias Episcopales el poder pedir permiso para distribuir la Sagrada Comunión a los fieles en la mano.

La Conferencia Episcopal Española elevó la petición el 23 de Enero de 1976. La Congregación para el Culto Divino otorgó dicha autorización el 12 de Febrero de 1976 con esta respuesta: "Concedemos a España la práctica de poner el Pan consagrado en la mano de los fieles conforme a las normas de la Instrucción - Modo de administrar la Santa Comunión -" (A.A.S. 1969).


Pues eso.... ¡Nos diste el Pan del Cielo! ¡Que contiene en sí todo deleite!
Pero... ¡menudo deleite me ha producido a mí el atraco que ha supuesto esta Comunión!

lunes, 24 de octubre de 2011

COJONES


Y quien nos los vea... que los palpe!
¡Hoy estoy hasta los mismísimos cojones!
Esta palabra, tan ampliamente utilizada en Castilla, es la que mejor define el estado de mi ánimo en el día de hoy.
Ya! ya sé que la cosa es ordinaria y de mal gusto... pero si a nadie nos gusta que nos toquen los "cojones", hoy me los están tocando a base de bien. Y no precisamente como yo quisiera que me los tocaran... sino estirando de ellos hasta un extremo insoportable.
Ya es una desgracia levantarse y encontrar que el tiempo está insoportable. Bien... ¡bien!... todos sabemos que la lluvia es necesaria -según dicen los pantanos gallegos están vacíos-. Y... está bien que llueva para contentar a los pobres labriegos desesperados.
Pero uno sale de su casa caminando al trabajo y con su paraguas de vivos colores -no soporto esos paraguas negros de vieja enlutada- y sus calcetines color calabaza y se encuentra con un viento que te hiela los huesos, que te vuelca el paraguas y que te moja de arriba a abajo... ¡mal empezamos!.
Acto seguido, uno se pasa por el banco para hacer unas gestiones... y la aplicación informática no funciona. Eso después de tenerlo esperando media hora.... ¡bueeeeeeeeeno!
Uno se va camino del trabajo donde llega mojado de arriba a abajo y con el paraguas medio destartalado por el aire insufrible que nos ha empezado a castigar en este incipiente otoño. Está bien... todo sea por dios!.
Uno se sienta y se encuentra que de repente aparecen 150 personas para ser atendidas... con el insufrible mareo que ello conlleva.
Uno soporta pacientemente el muermo de "compañera" que ha repetido 7.523 veces mi nombre a lo largo de la mañana para que le mire, le eche una mano, le vea, compruebe, le explique, le diga y le asesore.... ¡todo sea el prójimo!
Pero ya... ¡lo que no soporto es que me esté rozando el vaquero durante toda la puta mañana en los cojones!.... ¡por favor! LLevo los cojones desollados.... ¿esto puede permitirse?

Y es que, esta mañana ¡ESTOY HASTA LOS COJONES!