viernes, 27 de enero de 2012

Malafollá 1

Y siguiendo el Plan establecido por nuestro Amigo Andrés "El Homógrafo Granaíno", voy a iniciar en este mes de enero mis capítulos sobre el Malafollamiento al que ha sido consagrado este Año Santo, procurando rememorar en cada uno de los meses integrantes del año un capítulo de mi vida donde el Malafollamiento se ha manifestado con toda intensidad.

Yo no he sido nunca una persona con mucho malafollamiento, pero como buen Géminis he de reconocer que tengo una paciencia infinita, pero cuando las circunstancias adversas me superan, hago uso de mi malafollamiento derivado, por herencia genética, de mi Abuela paterna.

Recuerdo capítulos muy incipientes de malafollamiento en mi más tierna niñez, como aquel en el que tuve el primer capricho de infancia al cual no estaba dispuesto a renunciar -algún muñeco que vendían en la tienda del pueblo-. Ante la negativa de mis padres en financiar mi capricho, yo no dudé en acometer mi primer atraco a mano armada y forzando la hucha de mi hermano mayor, conseguí todo el dinero que necesitaba para hacer la compra. Una maravilla de compra, y con muy bajo coste para mi bolsillo. Bueno... más o menos igual que las acciones de la Gürtel.

Pero, el primer capítulo de Malafollamiento que yo recuerdo en mi vida, tuvo lugar con Dña. Fernanda, una de las maestras de mi niñez. Es la primera vez que yo he sentido lo que era el malafollamiento en mi vida y la violación de mi dignidad.
Recuerdo que allá por los seis añitos yo iba a la clase de Dña. Fernanda. Por tratarse de un pueblo pequeño, los niños solíamos ir sólos al colegio a tiernas edades porque estábamos educados en la filosofía de "Niño da rua" desde muy temprana edad.
Mi protocolo antes de ir al colegio era pasar por la tienda de la Tía Emilia para que me regalara un puñado de confites. ¡Qué confites! ¡qué sabor a chinchón más rico!... y con mis confites, irme al colegio a "soportar" a la chochona de Dña. Fernanda, que como maestra de Capital era muy fina y elegante.
Aquella mañana era horrorosamente fría. Era muy frecuente que nevara en invierno y aquella mañana había caido un nevazo considerable por lo que, el aquí declarante tuvo que entretenerse haciendo el "lolo" con la nieve y con los confites. El caso es que, recuerdo que cuando llegué a clase, ya estaban todos mis compañeros dentro y aquello daba evidencias claras de que yo había llegado tarde. Fué entonces cuando atacó la chochona de Dña. Fernanda:


-¿Te parece bien llegar tarde al Colegio? ¿Qué horas son éstas de venir?

Aquella pregunta violentó tanto mi naturalidad y disimulo a la hora de entrar en clase, que odié por un momento y de forma intensa a la Chochona de Dña. Fernanda, mirándola con los ojos torcidos y enseñando mis tiernos dientes sin pronunciar palabra. Pero, Dña. Fernanda insistía e insistía en pedir explicaciones y el declarante, insistía e insistía en no darlas y permanecer en silencio.

-¿Es que no me oyes? -dijo en tono áspero Dña. Chochona.

Y el declarante permanecía el silencio con un malafollamiento cada vez más intenso.

-¡Sr. Angel G.! Si no contesta tendré que adoptar medidas drásticas en este desagradable asunto.

Y Angel G. permanecía en silencio odiando a aquella vieja que estaba quitándole la Paz interior.

-Por última vez, ¡o me dice por qué ha llegado usted tarde o tendré que adoptar medidas!

Y fue entonces cuando, en mi primer momento malafollao miré con odio intenso a Dña. Fernanda y empecé a meter en mi cartera todo aquello que había extraído mientras ella me hablaba.
Lógicamente, Dña. Rotermeyer se puso de los nervios al ver que, sin contestarle, yo recogía todos los utensilios en presencia de toda la clase y sin poder hacer nada, vió cómo me colocaba tranquilamente el abrigo haciendo tiempo para ser observado por todos y enrollándome la bufanda de colores; vió cómo recogía minuciosamente mi cartera y sin prisa ni alteraciones me largaba de clase sin tan siquiera despedirme.

Fué mi primer acto de rebeldía contra aquel sistema educativo. Recuerdo llegar al día siguiente con toda naturalidad y con el convencimiento de que si Dña. Fernanda procedía de igual modo que el día anterior, yo procedería a recoger y retirarme de nuevo. A malafollao no me ganaba nadie y yo no estaba dispuesto a perder la dignidad ya con seis años ni a dejarme amargar por una señorita.

No tuve especial feeling con Dña. Fernanda, ni la recuerdo con notas cariñosas. A pesar de ser un alma entregada a la educación en el pueblo. Y es curioso que sí recuerde muy afectivamente a otros maestros/as que han pasado por mi vida, pero aquel capítulo borró cualquier tentación de afectividad con aquella maestra que me consta que fue muy eficiente educativamente.

Pero aquel capítulo impidió que yo le entregara en el futuro MI AMOR.

miércoles, 25 de enero de 2012

Volviendo a la EGB.

¡Quién me iba a decir que con esto de la Crisis, volveríamos de nuevo a la EGB!... ¡Sí! A la Educación General Básica de la transición. Aquelle EGB en cuyos últimos coletazos fuimos educados muchos de los blogueros y que fue sustituida progresivamente por distintas reformas educativas encabezadas por la LOGSE.
Yo no quiero (para nada) desvirtuar las reformas educativas supuestamente progresistas de nuestra España querida. Aquellas reformas inspiradas por el socialismo campante de aquellos años y que nos han llevado a unos índices de fracaso escolar memorables. Eso, por no hablar de muchísmos aspectos en los cuales ahora no quiero entrar.
Pero, lo que no imaginaba yo es que la fuerza de los hechos y de las nefastas gestiones económicas de nuestros gobiernos iban a devolver el sistema educativo a la EGB. Mi añorada EGB.
Yo dejé la EGB cuando -lógicamente- me fui al internado a estudiar el entonces Bachillerato Unificado Polivalente, o sea, BUP y encontré calefacción en las aulas. Y como es natural, sufrí la fuerza de dos hechos contundentes que supusieron para mí el paso de nivel: el descubrimiento de las marcas (zapatillas nice, polos Ralf Lauren, cocodrilos, Tommys y gilipolleces varias) y el descubrimiento de la hombría y masculidad que supone fumar (si no fumabas, no estabas al nivel de lo que el mundo pedía de tí en aquel momento; o sea, de hacer el gilipollas). Ambos escalones fueron superados por mí fácilmente: el primero (el de las marcas) por mi ausencia controlada de dinero que me venía insuflado por mi padre en dosis justas y necesarias para que no me perdiera por los caminos gilipollescos de la vida y el segundo (el tabaco) por la misma razón que el primero a la que se añadía que en mi internado se repartían hostias a diestro y siniestro a toda aquella criatura que veían fumando. A esas razones, he de sumar una innata rebeldía para todo; rebeldía que me hacía rechazar las evidencias que se me presentaban: lo siento, yo soy géminis y por lo tanto, un día lo veo blanco y otro negro... y ante tal evidencia, lo mejor es rechazarlo todo. Así es que, yo fui rechazando las marchas porque todos aquellos que las llevaban eran gilipollas incapaces no ya de sacar un sobresaliente en matemáticas, sino un mero notable (y yo cribaba muy mucho las capacidades de las personas por su dominio de las matemáticas en aquel entonces... jajaj!) además de ser los típicos niños de papá repelentísimos y aparté de mi vida el tabaco porque no veía cosa más absurda que gastar el dinero en echar humo por la boca porque otro gilipollas lo echaba mejor que tú... A rebelde y malafollao no me ganaba nadie en aquel entonces.
Lo dicho... que me pierdo:

Esta crisis nos devuelve a la EGB...
¿Y por qué? -estareis pensando. Pues, simplemente porque nos devuelve a la época de las estufas.
Ya!... ya sé que vosotros -hijos de ciudad- no conocísteis las estufas en las escuelas. Pero yo sí. Educado en un pequeño pueblo, recuerdo perfectamente, que ante la ausencia de calefacción en el Colegio, establecíamos turnos para encender la estufa de serrín. ¡De serrín! No de leña... ¡de serrín!. Y cuando te tocaba, tenías que ir antes que ningún niño a la escuela, para encender la estufa y encargarte durante todo el día de traer y llevar el serrín para que no se apagara.
No os penseis que yo tengo 60 años... ¡que no!... jajaj! Os estoy hablando de los últimos años de la EGB... o sea, de antes de ayer.
Pero, yo ya fui un afortunado en lo que a las estufas de las escuelas se refiere, porque mis cuñados me cuentan que ellos no sólo tenían que levantarse antes para encender la estufa sino que en sus tiempos -o sea, una generación anterior- cada alumno tenía que llevar su ceporro de leña para poder calentarse en clase. Así, entre todos, juntaban un compendio de leños para mantener caliente el aula.

Y es que, he oido en televisión que muchas comunidades autónomas (estos engendros administrativos en los cuales se han empeñado en educarnos nuestros políticos inoculándonos el gen de pensar que Castilla La Mancha es una Gran nacionalidad o que Catalunya es una Nación o Andalucia una Región histórica), no tienen ni para pagar las calefacciones de las escuelas y que por tanto, han pensado en hacer retrotraer la educación a las épocas del franquismo o más atrás, cuando ni siquiera en las aulas había estufa. ¡Jódete con las modernas Comunidades Autónomas y sus jerarcas!

Lo bueno es que este regreso se hace por la vía de la necesidad porque ante esta ruina de País que nos ha dejado el anterior gobierno y esta incapacidad del nuevo en adoptar medidas serias (suprimir todas las CCAA, el Senado, las Diputaciones Provinciales, por ejemplo) la vía de los hechos nos está devolviendo al País que siempre fuimos y que no quisimos ver cuando llegaban las ayudas europeas: aquellas ayudas que ni supimos ni quisimos invertir convenientemente. Ahora, se han acabado hasta las calefacciones y volvemos, como la gente en los pueblos con el fin de la tarifa nocturna, a las estufas en las aulas.

Con razón siempre se leía en el escudo nacional aquello de "PLUS ULTRA", porque en España siempre todo puede ir más allá... más allá del DESASTRE.

lunes, 23 de enero de 2012

Fin de viaje Homoerótico




Celebrando mi fin de semana, una obra maestra con una apasionante homoerótica en esta recopilación realizada por tennysonjmckinney, con este magnífico ” Slave To The Rhytm” -tema popularizado por Grace Jones y cantado en esta ocasión por esa gran diva del soul llamada Shirley Bassey. Un seductor trabajo que mezcla trabajos de Es Collection -su último calendario 2012 con Bruno- a Darren Criss para la revista GQ, el corto “Largo” de Bell Soto, “Sexy Sunday” -cortometraje de Bruce Weber-, “Reset 2 Blue” de Jeremy Lucido o “Dark Angels” de los fotógrafos Sandro & Maykson. Impresionante y con un erotismo que apasiona. Para visionarlo
muchas veces.
¡Ayyyy! La costa mediterránea es otra cosa... por mucho que los madrileños y castellanos digan lo contrario, Valencia bien merece una Misa. ¡A ver! ¿dónde, si no es en Valencia, hay una temperatura de 22 grados en enero?...
En fin, vuelvo a disfrutar del resto de mis mini-vacaciones al Centro... ¡qué remedio!

viernes, 20 de enero de 2012

Perfume Genius



Este fin de semana: Música.
Una preciosa canción de este músico llamado Perfume Genius. Junto al actor porno Arpad Miklos... ¡ya quisiera yo que me peinaran así todas las mañanas y que me llevaran a la ducha en brazos! jaja!
Disfrutadla; relamente, me ha encantado.

miércoles, 4 de enero de 2012

Año de la Malafollá.

Pues sí... este año me he propuesto -con todas mis fuerzas e intenciones- declararlo Año Santo de la Malafollá. Y, no pienso soportar ya nada. He dicho.
Y es que esto de la Malafollá es un propósito muy bueno para comenzar un año donde lo primero que ves es que todo el mundo está jodido -y jodiendo al personal-. Y, ya en tu primer día de trabajo, te encuentras con que la nómina te viene recordada por los recortes Zapaterianos y ahora por los recortes Rajoyanos. Y claro... tienes que seguir poniendo la misma cara de amable cuando la gente viene a ser atendida. Gente que está "follada" por la crisis y vienen como "malafollás" a amargarte a tí la mañana. Y ahí estás tú, como un gilipollas viendo reducido tus ingresos y teniendo que soportar al personal malafollao que llega con cara de asco a escupirte en el paquete sus "comentarios y nefastas apreciaciones". Pues no... yo más Malafollaó que nadie... He dicho.
Y es que esto de "La Malafollá" es una expresión de nuestro querido amigo Andrés "El Homógrafo". He de confesar que yo nunca he comprendido del todo a qué se refiere con el asunto del malafollamiento (y mira que me leo sus paneles) porque este chico es agradable en todo... pero hoy yo mismo me he levantado con un malafollamiento total. Un Angel Malafollao:
Lo reconozco. Mi chico dice que cuando sale la luna llena tengo un genio infernal, que no hay quien me soporte y cuando ese acontecimiento astral acaece, él desaparece de mi vida pues entiende que puede ocurrir cualquier cosa a mi alrededor y alrededor de los que conmigo conviven. Si a ello unimos que soy un Géminis de pura raza, el acontecimiento de luna llena para mí es nefasto. Y yo mismo lo reconozco... Si Andrés me viera, yo mismo sería el ejemplo del Malafollamiento a que hace referencia. Y es que, tengo que confesar que no me soporto ni yo mismo y que busco cualquier escusa para montar una guerra. No lo puedo evitar... Y si me dicen que algo es blanco, aunque yo lo vea blanco inmaculado, me empeño en verlo negro negrísimo... lo importante para mí en esos momentos de malafollamiento es condenar al personal... lo siento.
Así es que, en tales momentos, me transformo en uno de éstos personajes:
Que es lo que me ha ocurrido esta mañana cuando he tenido que enfrentar la condenación de venir a trabajar y encontrarme de repente a mi compañera con 1.523 preguntas que hacerme. La situación me ha Malafollao tanto que le he tenido que decir: "Hoy vienes como una vieja malafollá". La expresión más que simbólica es real como la vida misma, pues mi compañera tiene 61 años y está soltera, entera y con toda la pepitoria dentro. O sea, Inmaculada... según pienso yo en mi malafollamiento, aunque quizás en sus tiempos buenos comiera pepino del más sabroso... jajajaj!
Y es que, defintivamente este año iré revestido de la tercera foto durante sus 365 días. Lo he jurado bajo el Cristo que tengo en casa... ¡juro y prometo ser el más malafollaó del mundo entero en este Año Santo 2012!... Así es que, ya os lo advierto: no estoy por la labor de que una avispa me pique en los cojones... jajajaj! y a la mínima, monto una guerra... que de eso se trata... jajajaj!
Pienso que en esto del malafollamiento ha tenido mucha influencia la Cospedal y el Rajoy... que lo primero que han hecho es subirme los impuestazos y el alcalde de mi ciudad que me ha subido el IBI, ¡vamos! que me lo suben todo, menos la polla. Y estoy hasta los huevos de tener que soportar todos los subimientos mientras mis ingresos van mermando... que a estas alturas me veo pidiendo en la puerta de la Catedral o haciendo negocios en Chueca o en la estación de Príncipe Pío (avisado quedas, Zowi, tú que tienes buena "cartera") jajajaja!.
Lo dicho... si a Angel quieres ver "malafollao", no le toques el sueldo... jajaja!... que a este ritmo voy a tener que ir a compartir piso... ¡coño!
Asi es que: "Nuncio vobis gaudium magnam: El año 2012 queda bautizado como Año Santo del Malafollamiento Mundial", declarando como Patrón sublime del acontecimiento a Andrés el Homógrafo, que será mi asesor en cuanto al comportamiento más malafollao que pueda desempeñar en este tiempo.

Y para terminar: ¡Que le den por culo a Gallardón! He dicho! jajajaj!