-¡Fíjate! ¡Es precioso! Es el único que pude conservar. Bueno, no: en realidad conservo dos. Uno es este ejemplar de las Moradas de Santa Teresa. El otro es un ejemplar de San Juan de la Cruz. Fueron los únicos que he encontrado por los viejos baules de la casa de mis padres. Ha sido una verdadera pena, ¿no te parece?
Mientras me hablaba, acariciaba aquel libro de "La Santa" como un pequeño tesoro. Y mientras me lo alargaba para que hojeara aquellos viejos folios amarillentos, no pude evitar abrir el ejemplar por su primera página y encontrar la bailarina firma de aquel ancestral antepasado familiar.
-Era mi Bisabuelo -me dijo-. ¡Fijate cómo escribía! ¡Qué letra más bonita!. Para mí supone una reliquia familiar.
Aquel 18 de Julio, se encontraban en los Baños más cercanos de la localidad y cuando la fatídica noticia llegaba a sus oidos en aquel recóndito lugar de la Serranía conquense, rápidamente abandonaron su paradisíaca estancia y montaron en sus carros para volver al sitio de origen y encerrarse en sus encaladas casas.
Dicen que entonces vieron cómo el Archivo Parroquial era profanado y devastado unos días después y que con aquellos legajos antiquísimos los miliacianos envolvían las sardinas y el pescado que en aquellas tiendas improvisadas repartían como racionamiento.
Dicen que la magnífica colección del Humilde Monasterio Franciscano, o lo que quedaba de ella tras Mendizábal, desapareció desperdigada, robada, quemada o violada por manos entendidas que, aprovechando la ocasión, recuperaban los viejos libros y manuscritos que rondaban tirados por el recinto como símbolos del Antiguo Régimen.
-En casa de mis abuelos, recuerdo yo, existía una magnífica Biblioteca con ejemplares antiquísimos -Me contaba Teresa con Pena y emoción-. Debían serlo porque un hermano de mi Bisabuelo fue Notario y uno de sus tíos Sacerdote. De ellos procederían gran parte de los libros que yo recuerdo ver magníficamente colocados en aquellas estanterías de nogal. Eran unos libros estupendos.
Efectivamente, los ancestros de Teresa fueron gente "importante y acaudalada" en la Pequeña villa. Tener, en aquellos tiempos -1800-, cien hectáreas de terrero para cultivo suponía una riqueza bastante fuerte para un pequeño pueblo de economía de subsistencia. Y en su familia habían existido curas, notarios, abogados, médicos y hasta ancestros casados con Modernas Marquesas Madrileñas.
Tras aquella Guerra y tras aquellos fatídicos tres años, el pueblo vivió inmerso en una miseria absoluta. Los ricos ya no eran ricos -aunque nunca les faltó el pan- y los Pobres eran Miserables que sirviendo a los antiguos "Grandes" subsistían con un pedazo de Pan.
-Y -le preguntaba yo a Teresa-: ¿Qué pasó con aquella magnífica biblioteca?
- Que ¿qué pasó con aquella magnífica Biblioteca? ¡Eso mismo le pregunté yo a mi padre hace unos años! Y ¿sabes lo que me respondió?
-¿Qué?
-Pues me dijo: ¡Hija Mía! ¡que dónde están los libros! ¡que dónde están los libros! ¡Vaya pregunta tan absurda!. ¡Hija Mía!... ¿Con qué te piensas que te limpiaste el culo durante todos aquellos años?
Increible. ¡Durante treinta años, la familia había usado la Biblioteca como Papel Higiénico!. No quedaba más remedio: ante la escasez que trajo La Guerra Civil, la única manera de limpiarse el culo fue recurriendo a la Biblioteca familiar.
-¡No me digas, Teresa! ¡No me lo puedo creer! -le decía yo- ¿Acabásteis con Toda la Biblioteca usándola como Papel Higiénico! ¡Qué brutalidad!
-¡Ay! ¡Y no te quejes! Que después de todo se salvaron estos dos ejemplares. Seguro que como eran de Santa Teresa y de San Juan, a mis padres les pareció mal limpiarse el culo con ellos. ¡Mira! ¡para algo sirve la Santidad!
4 comentarios:
Ya lo decía Catulo de los libros largos:
"Annales Volusii, cacata charta",
"Las Anales de Volusio, ¡vaya libro de mierda!".
Aunque te confesaré que lo de tu amiga Teresa lo supera, ¡cómo me ha dolido leerte hoy!
En mi casa tenemos una talla de un cristo preciosa que recuperó la tía de mi padre de un saquéo a un colegio de curas... bueno, está en casa de mi hermano el mediano, que es el que se la ha quedado.
Algún día esos libros y esta talla también desaparerán.
Arrebicho!! Se ve que cagaron bien!! Yo creo que lo de conservar los libros de Teresa y Juan no fue por ese motivo, sino mas bien por el contrario, pq la mierda no quita otra.... Por dios, Aquellos dos flipaos
YO intenté leer el libro de la fundaciones de Santa Teresa, y aahora que lo dices, ¡me cagué! bueno me cagué en su madre, vamos....
Cari, no se me ocurre mejor fin para unos libros que envolver las sardinas de los milicianos...¡Ay cuanto mal ha hecho a este mundo tanta culturita, tanto intelecual, tanta biblioteca, tanto santo escribiendo en vez de hacer milagros como es su obligación.... jajaja
Un libro leido ya no es nada, menos que nada, es una mierda, mas papel se gasta todos los días en los periodicos.... solo que limpian pèor el culo y te lo llenan de tinta, jajajaa
Bezos. A mi me gustaría limpiarme el culo con Wittgestein... jajja
No te metas con el escrito de quién tu ya sabes... LOs "episodios nacionales"...? Pues tu post parece "Vida de los santos" que lo sepas, jajajajaa
No te metas con "mi" Jahh que cobras (más quisieras, jajaaja que un martirio, jaja).
Bezos.
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