
Y es que, mi familia siempre fue muy desmitificadora del personaje. Lo Reyes existían... eso no podría negarlo nadie. Y cada 5 de enero aparecían por casa tan misteriosamente que nunca pude sorprenderlos. A pesar de que yo les ponía todos los manjares para una comilona como dios manda... ¡pero nada! al día siguiente aparecían las bandejas vacías y los camellos se habían comido el alpiste -¡qué igonorante era uno! ¡creer que los camellos se comían el alpiste de los periquitos que teníamos en casa! ¡por dios!-, pero los Reyes desaparecían año tras año sin dar las gracias.
Y claro... siempre se nos dijo que el Papá Noel era un estafador. Un usurpador. No podíamos tener fe en él porque... ¡a ver quién podía bajar por la chimenea de casa! ¡si estaba medio tapiada!. Siempre se nos dijo que el Papá gordito era un farsario... y que por tanto, no debíamos creer en él. Así es que, yo me he pasado los años de mi niñez sin recibir regalos de este personaje que la Coca-Cola vistió de rojo cuando inicialmente era verde.... y esperando las largas navidades a ver si llegaban los puñeteros Reyes a los cuales había que escribir para que te trajeran siempre el mismo regalo: el Exin Castillos... joder! que los muy cabrones no se acordaban de año en año, porque junté como seis o siete "exines castillos"... con los cuales podía construir siete ciudades enteras... a lo tipo Pocero o algo así... jajaj!. Menos mal, que un año me trajeron un CineExin -¡yo me pregunto! ¿por qué todos los juguetes eran "exín"?-... Ese año fue la bomba, porque yo organizaba unas sesiones de cine en casa, que si se hubiera enterado la Sinde, me había crugido los ahorros hasta dejarme como una gallina matada a escobazos.
Hasta que un año me regalaron unos Walki Talkis con los cuales se podía hablar a una distancia de tres metros y ahí estaba yo con mis aparatos de un sitio para otro, mareando a la pobre de mi madre y mis amiguetes con aquellos cacharros. Y es que... ¡fui el primero con unos sucedáneos de móviles en el pueblo! jajaj!
En fin... a estas alturas de la vida, y visto lo visto... he decidido ser chaquetero. Y ahora reniego de los Magos y soy más Papánoelista... porque los Magos siempre han resultado huidizos y muy antipáticos... Yá... ya sé con con tres personas se pueden hacer unos bocadillos que alucinas... pero es que yo me imagino a los magos muy viejos y muy achacosos. Además... en el pueblo no es cuestión de organizar orgías. Con lo cual, ahora que me viene Papá Noél, le tengo preparada una fiesta en casa que "te cagas"... jajajaj! Y es que a mí "lo rojo" -que no los rojos, que eran malísimos- me seduce y me encanta... ¡vamos! yo veo unos calzoncillos rojos y se me pone dura... jajajaj! ... con lo cual, este año estoy muy ilusionado con mi Papánoelino. ¡Hasta me he colocado tanga rojo para esperarlo! jajaj!
¿Vosotros pensais que voy a tener suerte?