miércoles, 25 de febrero de 2009

LIBER I



-Tratado de Cosas de Conciencia. Fray Antonio de Cordoba. 1583.
-Historia del Valle de Aran. Gracia de Tolba. 1613.
-Derecho de Naturaleza que los naturales de la Merindad de San Juan del PIe del Puerto tienen en los Reinos, de la corona de Castilla. 1622
-Vida Prodigiosa del Venerable siervo de Dios Fray Martín de Porras, natural de Lima de la Tercera Orden de N.P.Santo Domingo. 1675
-Comentarii ad titulum digestorim, de verborum obligationibus. Praepositae sunt singulis legibus et paragraphis summae, cpita rerum unoquoque loco tractatarum commode y dideliter indicantes.. cum gratia ac privilegio Caesareae Maiestactis, ad Decennium. Francofurti ad Moenum, apud Ioannem Feyerabendt. Impesis Sigismundi Feyarabendts. Donelli, Hugonis. 1577.
-Discurso sobre, lo útil, y aun necesario que se cree ser a los campos de la huerta de esta ciudad el estiecol y el polvo que se saca de sus calles, y perjudicial a la salud publica que permanezca en ellas. Le publica la REal sociedad economica de amigos del Pais de Valencia. Valencia y oficina de benito Monfort. 1788.
-Ilustración canónica e historial de los Privilegios de la Orden de San Juan (Orden de Malta). Calvo y Julian, Vicente: dedicada a S.A.R. el Srmo Señor Infante D. Gabriel Antonio de Borbon, Gran Prior de la misma orden en los Reynos de Castilla y Leon!, por D. Joachin Ibarra. 1777.
E infinidad de muchos más.
Era otro mundo. Y tuve la suerte de penetrar y descubrir lo que existía detrás de aquellas puertas.
Bajando la lúgubre escalera del edificio y tras recorrer un pasillo polvoriento, uno podía acceder, de tener la suerte de poseer aquellas llaves aunque de forma interina, al estupendo recinto donde se guardaba el tesoro de toda la región.
Dicen que no existe otra igual en toda Castilla. Y sin embargo es prácticamente desconocida.
Dicen que atesora gran parte de los libros que el obispo Barrientos quemó al Marqués de Villena quien además de ser un estupendo sabio y escritor, parece ser era amante del arte de la Alquimia. Fue entonces cuando el Obispo Barrientos, en un arrebato de celo apostólico y por orden -parece ser- del Rey Juan II, decidió requisar e incendiar la mayoría de sus libros, pero las malas lenguas comentan que en sus obras encontró el Obispo Barrientos la fuente de inspiración para muchos de sus escritos ya que conservó gran parte de los libros del Marqués en su biblioteca personal aún teniéndolos por heréticos y malditos. De esa biblioteca me cuentan que pasaron a la que yo tuve la suerte de visitar.
Tras el pasillo, una llaves enormes abrían una antiquísima cerradura y después de escuchar el ruido de sus maderas al abrirse, se descubría la Biblioteca de Alejandría. Sí. Porque era lo más parecido a tal Biblioteca que yo he visto jamás.
Miles y miles de libros, muchos de ellos incunables, se agolpaban a mis ojos sorprendidos desde unas inmensas estanterías que se alzaban hasta el techo de toda una enorme sala. Para acceder al segundo cuerpo, los bibliotecarios de la época habían dispuesto un sistema de escaleras y unos pasillos de madera que recorrían todo el recinto. Varias salas repletas de maravillosos libros de teología, ciencia, matemática, arte, cocina, medicina, biblias políglotas, catecismos. Libros anteriores al Siglo XV y posteriores al mismo. Joyas. Sabiduría plena. Todos los títulos que uno pueda imaginar. La sabiduría de cinco siglos. Y acumulada en varias enormes salas.
No había visto nunca la Enciclopedia Francesa. Y nunca la imaginé así. Un compendio de enormes tomos, teóricos por una parte y de ilustraciones por otra -cada tomo era correspondido por el de su igual número, pero en ilustraciones-, se abrían a mi visión dejándome ver, palpar y leer al mismo Diderot. Maravilloso.
Las Bibilias Políglotas... eso era como un orgasmo. Ver aquellos enormes libros en varios idiomas fue alucinante. Y encontrar en los mismos los nombres de personajes a quienes pertenecieron era sorpendente. Había algún libro que perteneció al que más tarde llegaría a ser hasta Papa.

Increible. Y todo ello escondido en un anómimo lugar de Castilla sin que casi nadie sepa ni conozca su existencia. Sin que casi nadie pueda acceder a su estudio e investigación. Sin que casi nadie pueda penetrar en esas "Divinas Palabras".

Definitivamente, este País nunca deja de sorpenderme.